The Deliberate Church/Why Character is Crucial/es
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Introducción
Sería fácil golpear a los candidatos para ancianos potenciales –¡o un a nosotros!- en su cabeza con la cachiporra de 1 Timoteo 3:1-7. Si tomamos estos requisitos hasta sus extremos, entonces obviamente nadie estaría calificado para ser un anciano, porque nadie los reúne perfectamente en pensamiento, palabra, aptitud, y acción. Así pues, una palabra de advertencia acerca de los estándares irreales es apropiada.
Habiendo dicho esto, estamos de acuerdo con D.A. Carson, quien gusta de observar que quizá la cosa más extraordinaria acerca de los requisitos esenciales para los ancianos es que no todos son tan extraordinarios. Sin duda alguna, es mucho pedir a un hombre que tenga autocontrol, no sea adicto al alcohol o al dinero, capaz de controlar su temperamento, sea apacible, fiel con su esposa o casto en si soltería, sea paciente, y cosas semejantes.
Además, la obra de un anciano realmente demanda un ejercicio de estas cualidades de carácter. En este capítulo nos detendremos en pensar acerca de lo que exactamente significa ser un anciano requiere que tanto en carácter como en conducta que sea “irreprensible” (1 Tim. 3:2)
Modelando
La principal razón práctica por la cual el carácter es tan importante en un anciano es que modelar santidad para los demás es central en su obra. El es “ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza” (1 Tim. 4:12 , énfasis mió). El debe pastorear el rebaño de Dios en una manera que sea “voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey” (1 Ped. 5:2-3, énfasis mío; cf. Tito 2:7-8). Pablo escribió a los tesalonicenses, “como bien sabéis cuáles fuimos entre vosotros por amor de vosotros”. Y este ejemplo deliberado tenía un efecto intencional, porque ellos vinieron a ser “imitadores de nosotros y del Señor” (1 Tes. 1:5-6, énfasis mío). Los ancianos guían antes que nada por ejemplo.
Los ejemplos que dan los ancianos serán importantes en ayudar a formar la idea de la congregación de lo que la madures espiritual debe ser. Un anciano puede ser un buen ejemplo o un mal ejemplo, pero no podrá evitar ser uno o el otro. Al modelar los ancianos la santidad en el estilo de vida, la gentileza al hablar, el desinterés en las relaciones, firmeza en la doctrina, y la preocupación amorosa por los otros miembros de la congregación, la iglesia será estimulada a pensar en la santidad en la misma manera, y la predicación del pastor será ilustrada por estas imágenes reales de santidad. Por el contrario, si un anciano modela elige estilos de vida cuestionables, es pendenciero y tiene una obsesión en satisfacer sus propias necesidades, la iglesia será instruida a pensar de la santidad en esta manera, y la predicación del pastor será probablemente será contradicha por una falsa imagen de madurez proyectada por tal anciano.
Los ejemplos dados por los ancianos también serán importantes en desarrollar el testimonio corporativo de la iglesia en la comunidad circundante. Como miembros de la iglesia seguirá los ejemplos de sus líderes, su conducta se hará mayor o menos santa, dependiendo de los ejemplos que tengan. Los ejemplos de los ancianos comenzarán a cultivar una cultura corporativa entre la congregación que esta diluida al menos en parte por su propio carácter, habla, y conducta como líderes. Con el tiempo, esa cultura corporativa se hará más y más evidente en la comunidad circundante como miembros que interactúan con sus vecinos y les modelan el cristianismo.
¿Por qué será conocida su iglesia de hoy en diez años? ¿Será muy peculiar por el amor cristiano, santidad y doctrina? O ¿será su iglesia simplemente un reflejo de la cultura? La respuesta, en gran parte, recae en el carácter modelado por los ancianos. ¿Están modelando de manera particular el amor cristiano, la santidad y la doctrina? O ¿son simplemente reflejos de la cultura?
GABINETE DE ESTRATEGIA
- Lea Ezequiel 34:1-10. ¿Qué fracasaron en hacer los pastores de Israel?
- ¿Cuáles son las implicaciones que tiene este pasaje para el ministerio pastoral hoy?
Reuniones
Enfrentémoslo: las reuniones de ancianos puede ser asuntos bastante arriesgados. Tomar decisiones de grupo sobre presupuestar porcentajes, casos de disciplina, y la dirección de la iglesia, pueden probar la paciencia y la gentileza de aun el mejor de los hombres. Esta es una de las razones por las que usted se debe asegurar de que solo hombres con un carácter piadoso, como es definido por 1 Timoteo 3:1-7 y Tito 1:6-9, estén enterados de la conversación.
El criterio de no ser pendenciero es particularmente importante aquí (1 Tim. 3:3; 2 Tim. 2:24). En nuestros círculos, normalmente en cuerpo de ancianos normalmente de tamaño constan de entre tres a doce hombres. Sabemos que pueden ser mucho más grandes en otras iglesias (normalmente en iglesias que se distinguen entre ancianos maestros y gobernantes). Cuando se juntan cinco o seis hombres a tratar asuntos sobre el cuidado de un miembro o la estrategia para difundir el evangelio, dando opiniones y creencias en maneras maduras se vuelve de gran importancia. Muchos cuerpos de ancianos han experimentado una división innecesaria simplemente porque algunos de los hombres que se han nombrado para ser oficiales aun no están aptos para expresar sus creencias u opiniones sin ser pendenciero ó faccioso. Los espíritus apacibles que son prudentes en escoger sus palabras, su tono, y su perspectiva, incluso si no es el más elocuente o erudito del grupo, son preferibles sobre aquellos que pueden se muy doctos y bien expresados pero son argumentativos.
Ser moderado (1 Tim. 3:2) es también marcado por una importancia durante las reuniones de los ancianos. Cada anciano necesita ser capaz de discutir situaciones emocional y teológicamente cargadas con un humor fresco y sensatez. Pablo anima a Timoteo a ser “sobrio en todo” (2 Tim. 4:5). Esta es una parte del comportamiento a que ha sido llamado cada anciano. Los de mal genio y de lengua desenfrenada son presagios virtuales de conflictos. Pero un hombre que es lento para la ira, justo como el Señor, será de inestimable valor Cuando los tornillos del pecado tratan de apretar su mango en el calor de las conversaciones intensas.
Nada de esto, claro, dice que particularmente un a persona intensa es necesariamente excluida de ser un anciano solo por virtud de su personalidad. Algunos de nuestros ancianos son abiertamente competitivos, sumamente dogmáticos, y emocionalmente animados. Aun así son todos capaces de controlar tanto sus temperamentos como sus lenguas durante las discusiones potencialmente inestables.
Los ancianos se reúnen regularmente. Sea cuidadoso, entonces, en escoger a hombres con el carácter de manejar conversaciones en las cuales los hombres descalificados puedan manchar su testimonio o crear discordia por su comportamiento.
La Gran Reunión
La razón más convincente de que todo carácter es crucial para los ancianos es nuestra responsabilidad ante Dios. Los acianos son hombres que “han de dar cuenta” a Dios por la manera en que ejercieron la supervisión de Su rebaño (Heb. 13:17). Si los pastores subalternos fijan un paso que es demasiado rápido para a oveja, o si tratan a la oveja cruelmente o sin compasión y gracia; sin son infieles en cumplir sus responsabilidades, o impuros en su manera de modelar la vida cristiana; entonces el Gran Pastor los verá –y El los hará responsables (Jer. 23:1-4).
Como maestros, los ancianos “recibiremos mayor condenación” (Santiago 3:1), lo cual implica que Dios, en cierto sentido, los tienen con un alto estándar de santidad. Si un hombre tiene grandes dones de enseñanza, y aun es conocido como característicamente argumentativo, impuro en su manera de hablar, o incapaz de controlar sus apetitos, entonces sería poco sabio nominarlo para ser anciano. Los maestros inmaduros son los hipócritas más notables. Y si permitimos que aquellos que son inmaduros enseñen y modelen la doctrina que no se conforma a la santidad, entonces estamos compartiendo la culpa de su fracaso en alimentar a las ovejas de Dios en pastos verdes, los cual acarreará en nosotros Su intenso desagrado paternal (1 Tim. 5:22; Jer. 23:9-40; Ezequiel 34).
Pablo era extremadamente consciente del día próximo cuando el finalmente sería evaluado por su Gran Maestro. De hecho, es respecto a este día próximo de juicio al cual el apela para reprimir la controversia en Corinto en los que había sido bautizados por él. El dice:
Yo en muy poco tengo el ser juzgado por vosotros, o por tribunal humano; y ni aun yo me juzgo a mí mismo. Porque aunque de nada tengo mala conciencia, no por eso soy justificado; pero el que me juzga es el Señor. Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual aclarará también lo oculto de las tinieblas, y manifestará las intenciones de los corazones; y entonces cada uno recibirá su alabanza de Dios (1 Cor. 4:3-5; cf. También 2 Cor. 5:9-10).
En el contexto de instruir a los corintios a abandonar su espíritu partidario, Pablo le revela su conocimiento de su propia responsabilidad ante Dios, lo cual lo liberó de la esclavitud de las ideas y opiniones del hombre (i.e., el temor al hombre) y lo motivaron a probarse fiel como un líder piadoso. Considerando su responsabilidad ante Dios permitió que pablo respondiera a la crítica y al juicio humano con una paciencia santa mas que con amargura o ira.
GABINETE DE ESTRATEGIA
- Lea Jeremías 23. ¿Qué se suponía estaban haciendo los profetas y pastores?
- ¿Cómo habían fallado en obedecer a Dios en la responsabilidad que les había dado?
- ¿Qué aspecto de Su carácter enfatiza Dios a Sus siervos en los versos 23-24 como resultado?
- ¿Cuáles son algunas de las implicaciones de Jeremías 23 para los pastores el día de hoy?
Cada anciano necesita darse cuenta que sus ministerio será finalmente evaluado no por lo que piensen otras personas o como respondan, sino por Dios mismo. En aquel día, Dios “sacará a la luz las cosas escondidas en la oscuridad y descubrirá los motivos de los corazones de los hombres”. Todas las actitudes de un anciano, los motivos, los deseos, las inclinaciones, las decisiones –cada palabra ociosa que diga en su aliento o que él piense- todos serán revelados, y será descubierto y examinado por su Dios y Maestro. Prever la realidad de la realidad de la evaluación de Dios tanto del anciano como de su ministerio es la motivación final para la vida caracterizada por una santidad meticulosa.
Conclusión
Alabe a Dios por la justicia de Cristo acreditada a nuestra cuenta! Si ella, nadie estaría calificado para ser un anciano en la iglesia de Dios. Aun así, parte de ser una iglesia deliberante significa ser cuidadosamente bíblicos acerca de quien ha de ser un anciano y porqué. Ninguna iglesia es perfecta, y usted bien puede cometer un error (¡o múltiples errores!) en el proceso determinado quien esta calificado para guiar como un anciano. Pero los ancianos que manifiestan un carácter santo son una tremenda bendición para la iglesia, principalmente porque viven vidas cristianas ejemplares que otros miembros pueden imitar al seguir a Cristo.
No solo los ancianos santos proveen un ejemplo –también previenen mucha división y conflicto al manejar situaciones inestables potenciales con cuidado. Su humildad los hace difíciles de ofender; su santidad los hace fáciles de confiar; su hablar dócil los hace fáciles de escuchar como fuentes de corrección ó crítica; y su hospitalidad provee un contexto de estímulo espiritual y edificación. Siendo deliberantes en la santidad de nuestros líderes tiene importancia no solo porque edifica a la iglesia sino también porque la libera de la tiranía de la ambición egoísta y de la vana presunción –la cual la libera de las divisiones polémicas que nacen de los deseos y motivos descontrolados de hombres bíblicamente descalificados (Fil. 2:1-5; Santiago 4:1-3). Y con el tiempo, los líderes piadosos guiarán a la iglesia por su ejemplo semejante al de Cristo en una libertad creciente del pecado que enreda fácilmente, hasta que seamos liberados para siempre de nuestra corrupción por el retorno del Rey quien nos llevará ara ser perfectos en la ciudad cuyo arquitecto y constructor es Dios.