All of Grace/Regeneration And The Holy Spirit/es
From Gospel Translations
Cómo aumentar la fe
¿Cómo podemos obtener y aumentar la fe? Ésta es una pregunta que muchos hacen con mucha sinceridad. Dicen que desean creer, pero que no pueden. Se dicen muchas necedades sobre esto. Seamos totalmente prácticos al encarar el tema. Necesitamos tanto sentido común aquí como en otros asuntos relacionados con la vida. ¿Qué debo hacer para creer? Alguien preguntó cual era la mejor manera de hacer cierta cosa, y le contestaron que la mejor manera de hacerla era hacerla ya mismo. Perdemos el tiempo discutiendo métodos cuando, en realidad, la acción es sencilla. La manera más rápida de creer, es simplemente creer. Si el Espíritu Santo te ha hecho sincero, creerás tan pronto como te presente la verdad. Y le creerás, porque es la verdad. El mandamiento evangélico dice: “Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo.” Es inútil evadir esto preguntando y cavilando. El mandato es claro, y debemos obedecerlo.
Oración
Pero si en realidad te molesta alguna duda, llévala en oración a Dios. Di al gran Padre exactamente lo que te perturba y pídele que te resuelva el problema por medio del Espíritu Santo. Si no puedo creer las afirmaciones de un libro, preguntarle al autor como él entiende lo que escribió, siempre que sea hombre que merece ser creído, su explicación me dejará satisfecho. Mucho más satisfará al corazón del verdadero buscador de la verdad la explicación divina de los puntos difíciles de las Escrituras. El Señor desea hacerse conocer a los que lo buscan. Acude a él para conocer la verdad. Acude sin demora a la oración y ruega: “Oh Espíritu Santo, guíame a la verdad. Lo que no comprendo, enséñamelo tú.”
Oír con mucha frecuencia
Por otra parte, si tener fe te parece difícil, Dios el Espíritu Santo puede capacitarte para creer, si es que oyes con mucha frecuencia lo que se te manda creer. Creemos muchas cosas por el hecho de haberlas oído tantas veces: ¿No has notado en tu vida cotidiana que si oyes una cosa cincuenta veces al día, por fin acabas por creerla? Por este proceso muchos han llegado a creer cosas inverosímiles, y por lo tanto no me extraño de que el buen Espíritu bendice el método de oír la verdad con frecuencia, usándolo para producir la fe respecto a lo que tenemos que creer. Está escrito: “La fe viene por el oír.” Por esto, dedícate a oír con frecuencia. Si sincera y atentamente continúo oyendo el evangelio, por medio de la bendita operación del Espíritu de Dios en mi mente, uno de estos días creeré lo que oigo. Pero ten cuidado de oír el evangelio y no de escuchar o leer lo que tiene la intención de sembrar dudas en tu mente.
El testimonio de otros
Pero si esto no te parece un buen consejo, agregaría: Toma en cuenta el testimonio de otros. Los samaritanos creyeron a causa del testimonio de lo que la mujer les había dicho acerca de Jesús. Muchas de nuestras creencias nacen del testimonio de otros. Yo creo que existe un país llamado Japón. Nunca lo he visto, y, sin embargo, creo que tal país existe, porque otros lo han visto. Creo que moriré. Nunca he muerto, pero muchísimos de mis conocidos han muerto, y por lo tanto, estoy convencido de que yo moriré también. El testimonio de los muchos me convence de un hecho dado. Escucha, por lo tanto, a los que cuentan cómo fueron salvos, cómo recibieron el perdón, cómo se transformó su carácter. Si prestas atención, notarás que alguien precisamente como tú ha sido salvo. Si has sido ladrón, descubrirás que algún otro ladrón lavó sus culpas en la preciosa sangre de Cristo. Si por desgracia has sido impuro, descubrirás que hombres y mujeres caídos como tú han sido levantados, purificados y transformados. Si estás desesperado, no tienes más que frecuentar al pueblo de Dios para pronto descubrir que algunos de los santos, han estado tan desesperados como tú y que les encanta contarte cómo el Señor los libró. Conforme vas escuchando uno tras otro que ha puesto a prueba la Palabra de Dios, hallándola fiel, el Espíritu divino te guiará a creer.
¿Has oído contar del africano, al cual dijo el misionero que en su país el agua a veces se endurecía tanto que se podía caminar encima de ella? Muchas cosas podía creer el africano, pero eso, nunca. Cierta vez tuvo oportunidad de viajar a Inglaterra y vio un río congelado, pero no se atrevía a aventurarse sobre el hielo. Sabía que el río era profundo, y temía ahogarse si intentaba caminar sobre el hielo. Nadie pudo convencerlo que probara, hasta que vio a su amigo y otros muchos atravesar el río caminando sobre el hielo. Entonces se convenció y caminó confiado por donde otros habían caminado. Del mismo modo puede ser que tú, viendo a otros creer en el Cordero de Dios y notando cómo disfrutan de paz y gozo, te sientas agradablemente impulsado a creer. La experiencia de otros es una de las maneras como Dios nos ayuda a tener fe. Pero sea como fuere, tienes que creer en Cristo o morir: no hay esperanza aparte de Cristo.