I Will Not Be Enslaved by Anything/es
From Gospel Translations
Corintios I, 6: 12-20
“Para mí todas las cosas son lícitas," pero no todas las cosas son buenas. "Para mí todas las cosas son lícitas," pero nada me esclavizará. “Los alimentos son para el estómago y el estómago para los alimentos" –y Dios destruirá a ambos. El cuerpo no es para la inmoralidad, sino para el Señor, y el Señor para el cuerpo. Y Dios resucitó al Señor y con su poder también nos resucitará a nosotros. ¿No sabéis que vuestros cuerpos son los miembros de Cristo? ¿Tomaría acaso los miembros de Cristo para unirlos con los de una prostituta? ¡Jamás! ¿No sabéis que aquel que se une a una prostituta se hace un solo cuerpo con ella? Como está escrito: “ambos se convertirán en un solo cuerpo”. Pero aquél que se une al Señor se hace un solo espíritu con Él. Rechaza la inmoralidad. Cualquier otro pecado cometido por el hombre recae fuera de su cuerpo. Pero el hombre inmoral peca contra su propio cuerpo. ¿Acaso no sabéis que vuestro cuerpo es un templo para el Espíritu Santo que está dentro de vosotros y que habéis recibido de Dios? No sois vuestros dueños; se pagó un precio por vosotros. Así pues, honrad a Dios en vuestro cuerpo.
El viernes por la mañana miré por la ventana del dormitorio mientras me abotonaba la camisa y vi una parábola de la vida moderna norteamericana. Un hombre de mediana edad, vestido con un traje verde de tres piezas, caminaba en dirección oeste hacia nuestra casa en el ala norte de la calle 18. Tenía algo amarillo en su mano derecha, quizás una piel de plátano o una bolsa de patatas fritas. No sabría decir. Mientras caminaba, miraba a su izquierda, hacia el otro lado de la calle. Entonces se volvió y miró tras de sí. Y después arrojó la cosa amarilla por encima de la valla de la autopista.
Dos Signos de la Vida Seglar Norteamericana
En este pequeño capítulo observamos al menos dos signos de la vida seglar norteamericana. Uno es el ateísmo práctico. El otro es el hedonismo físico.
1. Ateísmo Práctico
La valla de la autopista estaba a la derecha del hombre, oculta tras unos arbustos. Podía ver lo que tenía al frente mientras caminaba. El suelo estaba bajo sus pies. Y se aseguró de echar un vistazo a la izquierda y tras de sí. ¿Por qué no miró hacia arriba? Porque en ese momento era un ateo práctico. Podría haber habido alguien a la izquierda o a su espalda al que le importase. Pero a nadie en el cielo le importaba. La vida norteamericana es generalmente atea cuando se trata de plátanos o patatas fritas. Las palabras de la gente no son lo que demuestra su ateísmo práctico, sino el hecho de mirar hacia arriba cuando creen que están solos.
2. Hedonismo Físico
El otro signo que vi de la vida norteamericana fue el hedonismo físico. ¿Por qué este tipo prefirió tirar la cosa amarilla en lugar de llevarla hasta una papelera? Porque llevarla era inoportuno. Era molesto, pesado.
¿Pero por qué miró por encima de su hombro antes de tirarla? Porque su conciencia le decía que aquella acción no era buena y que la gente la desaprobaría. Así que un pequeño conflicto surgió en su interior. Duró cinco segundos aproximadamente. “¿Opto por el placer de no cargar con esta cosa? ¿U opto por el placer de tener la conciencia limpia?” Desde luego no era un gran dilema. Ganó el placer físico. Y eso es otro signo de nuestra cultura. Hedonismo físico. Si a su cuerpo le sienta bien ¿por qué va a negarse? La desgracia de nuestra cultura es que se desea más el placer físico que el gozo espiritual.
Por supuesto, ambas cosas van de la mano: ateísmo práctico y hedonismo físico. Cuando Dios queda fuera de escena, entonces mi conciencia no tiene un significado último como parte de la imagen de Dios, por tanto, “comamos, bebamos y tiremos basura a la autopista, pues mañana estaremos muertos –así de simple. Si pueden mantener a Dios alejado de los plátanos y las patatas fritas que pasen por su vida, entonces pueden seguir adelante con la satisfacción de sus deseos.
El Objetivo de este Mensaje
Esta historia es simplemente para ayudarles a recordar qué es lo que quiero resaltar de este texto ―que nosotros, los que no somos ateos, sino creyentes en Jesucristo, no seremos esclavos del placer físico. Cuando el conflicto surja en nuestro propio interior, miraremos hacia arriba, y por el poder del Espíritu de Dios, nos libraremos de los deseos del cuerpo. Nada nos esclavizará.
El objetivo de este mensaje es que en sus vidas se cumpla lo que se dice en Corintios I, 6:20. “No sois vuestros dueños. Se pagó un precio por vosotros. Así pues, honrad a Dios en vuestro cuerpo.” Lo hemos dicho miles de veces, pero, ¿nos sentamos a la mesa, ante los alimentos y la bebida, y hacemos lo que rezan las escrituras? ¿Comemos para honrar a Dios? ¿Bebemos para honrar a Dios? ¿Cómo podemos hacerlo?
Lectura Inversa del Texto
Centremos nuestra atención en Corintios I, 6:12-14
12. “Para mí todas las cosas son lícitas," pero no todas las cosas son buenas. "Para
mí todas las cosas son lícitas," pero nada me esclavizará. 13. “Los alimentos son
para el estómago y el estómago para los alimentos" –y Dios destruirá tanto a uno
como a otro. El cuerpo no es para la inmoralidad, sino para el Señor, y el Señor
para el cuerpo. 14. Y Dios resucitó al Señor y con su poder también nos resucitará
a nosotros.
Para entender estos versículos, debemos leerlos a la inversa —empezar por el final. Al final del versículo 13, Pablo dice: “El cuerpo no es para la inmoralidad, sino para el Señor, y el Señor para el cuerpo. Y Dios resucitó al Señor y con su poder también nos resucitará a nosotros.”
El Cuerpo es para el Señor
¡El cuerpo es para el Señor! Su cuerpo se les ha dado por un motivo: que sea un instrumento para honrar a Cristo (6:20). El modo en que usen su cuerpo y el modo en que lo cuiden transmitirá que la gloria de Cristo es plenamente gratificante.
El Señor es para el Cuerpo
Después dice que no sólo el cuerpo es para el Señor, “El Señor es para el cuerpo". Es decir, a Cristo el cuerpo no le resulta indiferente. Se preocupa por él. Pone un precio al uso que le damos. Hace del cuerpo su templo (6:19). Él es "para el cuerpo" —no contra él, y no indiferente a él.
El Señor Resucitará Nuestros Cuerpos
Por último, Pablo dice (versículo 14): "Dios resucitó al Señor y Él nos resucitará.” En otras palabras, el cuerpo nunca perderá su importancia. Algún día acabará en la tumba. Pero algún día será resucitado y restituido. Dios le dio a Jesús un cuerpo resucitado y Dios nos dará a nosotros un cuerpo resucitado. La resurrección es la declaración final de Dios de de que Él es para el cuerpo.
“Los Alimentos para el Estómago y el Estómago para los Alimentos”
¿Qué queremos decir, por tanto, con respecto a la primera parte del versículo 13? “Los alimentos son para el estómago y el estómago para los alimentos —y Dios destruirá a ambos.” Esto suena de modo totalmente opuesto a lo que hemos descrito antes. Suena como el siguiente argumento: el cuerpo acabará en la tumba de todos modos, así que no tiene importancia moral real. Sólo existe para procesar los alimentos durante un tiempo y luego se va.
Creo que éste es exactamente el significado que tenía en boca de algunos Corintios. Es probable que fuera un eslogan: “¡alimentos para el estómago y el estómago para los alimentos!—pásame las patatas. Es probable que también usasen este eslogan para referirse al sexo y a la bebida. ¡Sexo para el cuerpo y el cuerpo para el sexo! Seguramente por esta razón, Pablo pasa de los alimentos a la inmoralidad sexual en la segunda parte del versículo 13 (donde dice: “el cuerpo no es para la inmoralidad").
Algunos de los corintios tenían tal visión del cuerpo que lo que hiciesen con él no tenía implicación moral. En Corintios I 5:2 incluso se jactan de haber cometido incesto en la iglesia. En 11:21 algunos de ellos hasta se emborracharon en la Eucaristía. Según su razonamiento, el cuerpo, los alimentos, la bebida y el sexo serían finalmente destruidos. Sólo habrá espíritus libres. Así, el cuerpo no importa. Podéis comer y beber y practicar el sexo tanto como queráis porque el cuerpo no tiene importancia moral. Lo que sabes y lo que crees es lo que realmente cuenta (8:1-3).
Pablo se opuso a esta perspectiva con todas sus fuerzas. Les dio un nuevo eslogan radicalmente diferente: "El Señor es para el cuerpo y el cuerpo es para el Señor". El cuerpo no será sólo destruido; será resucitado. El cuerpo no es indiferente desde el punto de vista moral. Es para honrar a Dios.
De modo que lo que nos encontramos en los versículos 13 y 14 es un eslogan corintio que justifica la inmoralidad, la embriaguez y el apetito desenfrenado, y la respuesta de Pablo al mismo.
"Para Mí Todas las Cosas son Lícitas”
Encontramos un caso similar en el versículo 12: un eslogan y la respuesta de Pablo.
“Para mí todas las cosas son lícitas,”
pero no todas las cosas son buenas.
“Para mí todas las cosas son lícitas,”
pero nada me esclavizará.
También podría darse el caso de que las palabras “Para mí todas las cosas son lícitas” perteneciesen a las propias enseñanzas de Pablo, porque no niega que sean verdaderas. No dice: “No, para mí NO todas las cosas son lícitas." De hecho creo que está de acuerdo con el eslogan. Pero con él se refiere a algo muy diferente del significado que tenía para el libertino pueblo de Corinto.
Se refiere a que cuando se deja de vivir según las listas legales de lo que se debe y no se debe hacer, se debe empezar a vivir según el amor y la libertad cristianos. Sí, la antigua ley de la carta que coacciona la carne con amenazas debería ser el inicio. Ya no estamos ante la ley (Romanos 6:14), estamos bajo el dominio de la gracia. ¿Y ahora, qué?
Dos Indicaciones para la Vida
En el versículo 12, Pablo responde con dos indicaciones que yo he llamado la ley del amor y la ley de la libertad.
1. La Ley del Amor
Primero dice: “De acuerdo, todas las cosas están permitidas en cierto sentido, no debemos vivir bajo restricciones legales externas; PERO NO TODAS LAS COSAS SON BUENAS." Dicho de otro modo, no hay que preguntar: “¿Qué TENGO que hacer?”, sino “¿Qué es BUENO hacer?”
La llamo la ley del amor porque es el amor el que quiere ser bueno para los demás. Pablo establece la conexión entre lo bueno y el amor de forma aproximada. Dense cuenta de que en Corintios I, 10:23 se explica que ser bueno es ser edificante para los demás: "Todas las cosas son lícitas, pero no todas las cosas son BUENAS. Todas las cosas son lícitas, pero no todas las cosas EDIFICAN.” Las cosas buenas son las que edifican a los demás en la fe.
Pero dense también cuenta de como en Corintios I 8:1 Pablo relaciona el acto de amor con el acto de edificar a los demás. “El conocimiento hincha, pero el AMOR EDIFICA.” Entonces, si el amor es lo que edifica y edificar es lo que Pablo entiende como ser bueno, en 6:12 (cuando dice: "no todas las cosas son buenas) hace referencia a que debemos dejar que nuestras vidas se guíen por la ley del amor.
Seguramente en esta “ley” pensaba Pablo en Gálatas 6:2 cuando decía: “Portad las cargas el uno del otro, y de ese modo cumplid la ley de Cristo”. Y en Corintios I 9:21, cuando dice: “A aquéllos fuera de la ley, si yo estuviera fuera de la ley –no fuera de la ley de Dios sino bajo la ley de Cristo– podría ganar a aquéllos fuera de la ley.” No estamos ante la ley como mera limitación externa. Estamos en gracia, lo que implica una limitación interna hacia el amor, es decir, a ser bueno y a edificar a los demás en la fe.
2. La Ley de la Libertad
En segundo lugar, Pablo dice en 6:12 ”Para mí, todas las cosas son lícitas, pero nada me esclavizará." En otras palabras, no sólo dejes que tus acciones se guíen por la Ley del Amor, sino que también se guíen por la Ley de la Libertad. No preguntes “¿Se me permite hacer esto como cristiano?”, sino <<¿Soy esclavo de este acto? ¿Se está convirtiendo este alimento o bebida, el sexo o este hobby o trabajo en mi maestro en lugar de en mi siervo?>>
¿Qué es la LEY DE LA LIBERTAD? Es simplemente el control del Espíritu Santo interior. En Romanos 8:2, Pablo dice: La ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte." Dicho de otro modo, la labor del Espíritu es una LEY DE LA LIBERTAD. Libera del poder del pecado y de la muerte. “¡Dónde está el Espíritu del Señor hay libertad!” (Corintios II 3:17; véase carta de Jaime 1:25; 2:12).
Por tanto, dos son las leyes que rigen en comportamiento y las costumbres de un cristiano: la ley del amor (“¿Es esto bueno, edifica?”),y la ley de la libertad (“¿Esto me esclavizará, me convertirá en adicto?”).
Relación entre Ambas Leyes
Si nos preguntamos por la relación entre ambas leyes, Gálatas 5:13 ofrece una respuesta: “Vosotros fuisteis llamados a la libertad, hermanos; pero no uséis vuestra libertad como pretexto para la carnalidad, sino para servíos los unos a los otros por medio del amor.” La libertad es más fundamental que el amor. La libertad interior es el manantial; el amor es el agua que brota como “amabilidad" hacia los demás. El trabajo interior del Espíritu Santo, que nos libera de la esclavitud de todo excepto de Dios, es la fuente del amor.
Así que el reto más básico que se nos presenta en Corintios I 6:12-14 es: ¡mantén tu libertad en Cristo! Como Pablo, ¿puedes decir “nada me esclavizará”?
Dos Motivos Bíblicos para Vivir en Libertad
Termino con dos motivos bíblicos de por qué se debe luchar para liberarse de cualquier tipo de esclavitud, ya sea la comida, la bebida, la lujuria, la pereza o el trabajo. Primero, por qué la esclavitud es tan peligrosa. Y segundo, por qué la libertad es tan maravillosa.
1. El Peligro de la Esclavitud
Primero, la esclavitud es realmente peligrosa. Me refiero a lo siguiente: el persistente rechazo a decir no a una costumbre esclavizadora (como el apetito desenfrenado) implica el riesgo de que vuestra conciencia se endurezca, de modo que ya no os sintáis culpables por dicha esclavitud. Y después otras costumbres se justificarán más fácilmente y pronto podría suceder que todo el concepto bíblico de lucha espiritual, vigilancia, abnegación y autocontrol desaparezca de su vida.
“Por eso, el que se cree muy seguro, ¡cuídese de no caer!” ¿Creen que están más allá de la posibilidad de que su fe naufrague? ¿De dónde se cree que surgen los renegados y los apóstatas? Son gente que, poco a poco, ignora la voz de Dios en sus propias conciencias con respecto a cosas que aparentemente no son importantes. “Alimentos para el cuerpo, el cuerpo para los alimentos −ambos desaparecerán algún día en la tumba; no importa como coma o beba."
¿Por qué Dios nos recuerda en Hebreos 12:16-17 la tragedia de Esaú con estas palabras: "No seáis... como Esaú, que vendió su primogenitura por una sola comida. Porque ya sabéis que aún después, deseando heredar la bendición, fue reprobado, que no halló lugar para el arrepentimiento, aunque la procuró con lágrimas."?
¿Cómo se alejaron Himeneo y Alejandro del Señor? I Timoteo 1:19 nos dice: "Por no haber tenido buena conciencia, algunos fracasaron en la fe, entre ellos Himeneo y Alejandro." ¿Cuales creen que serán las consecuencias espirituales de negar día tras día la voz de su conciencia y ceder ante la esclavitud de la comida, la bebida o la lujuria?
¿Qué quería decir Pablo cuando escribió a los filipenses: “Y ahora lo digo hasta con lágrimas, muchos se comportan como enemigos de la cruz. Su destino es la destrucción y su dios es su estómago." (Filipenses 3:18-19)?
¿Por qué Pablo ordenó a los corintios: "Corred y podréis obtener el premio. Todo atleta practica el autocontrol para todas las cosas, ellos para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. De este modo, yo no corro sin meta, no peleo como quien golpea el aire; sino que golpeo mi cuerpo y lo pongo en servidumbre, no sea que, habiendo sido heraldo para otros, yo mismo sea eliminado.” (Corintios I 9:25-27)?
¿Por qué para su primer −y quizás único− sermón al gobernador Felix eligió Pablo el siguiente resumen: "Justicia, AUTOCONTROL, y juicio futuro" (Hechos 24:25)? ¿Si ustedes tuviesen que dar un sermón desde prisión a un gobernador, hablarían en segundo término del autocontrol?
¿Por qué dijo Jesús: “Si tu ojo derecho te hace pecar, sácatelo y tíralo. Es mejor perder uno de los miembros a que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno."?
¡Dios ha dicho todas estas cosas por nuestro bien! ¡Están ahí para que podamos darnos cuenta de que controlar el propio cuerpo no es un asunto menor! “Para mí, todas las cosas son lícitas, ¡PERO NADA ME ESCLAVIZARÁ!" Suelten las ataduras de su cuerpo. No han sido creados para que la gula o la lujuria los guíen con sus correas.
2. El Milagro de la Libertad
La segunda razón por la que debemos luchar para liberarnos de toda esclavitud es porque la libertad es realmente maravillosa.
Cuando aquel hombre con el traje de tres piezas eligió el placer de una mano vacía balanceándose en su costado antes que el placer de una conciencia limpia, ¡¡¡¿Acaso eligió la ALEGRÍA?!!! “Bienaventurado el que no se condena a sí mismo en lo que aprueba,” dice el apóstol Pablo (Romanos14:22). ¡Ceder de forma persistente a los excesivos deseos del cuerpo en contra de la voz de la conciencia implica una vida de miseria!
Pero enfrentarse y hacer lo contrario, aprovechar la ley del Espíritu de vida interior, y sentir que uno mismo porta el fruto del autocontrol, y doblegar al cuerpo rebelde para que se someta, de modo que ya no sea un maestro, sino un siervo –¡Eso sí que es la victoria y la alegría!
Hermanos y hermanas, por ustedes se pagó un precio. Sus cuerpos importan. Son el templo del Espíritu Santo. Honren a Dios en sus cuerpos: reciban sus regalos de placer con gratitud, y rechacen todo exceso mediante la adicción liberadora a su majestuosidad.