Talking to People Rather than About Them/es
From Gospel Translations
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Lo Que Omití de mi Sermón del 6 de Agosto
En mi primer sermón luego de una ausencia de cinco meses, omití algo. Estaba en las notas, pero no parecía fluir con el enfoque principal cuando le llegó su turno. Por lo que lo omití. Pero en realidad lo quería decir. Pues aquí está.
Recuerdan que en Lucas 18:9, Lucas introduce la parábola del Fariseo y el Publicano en esta forma: “dijo también esta parábola a unos que confiaban en sí mismos como justos y menospreciaban a los otros”. Puede parecer insignificante a principio, pero fíjense que esto dice que Jesús dijo esta parábola A unos que confiaban en sí mismos como justos. Esto no dice que el dijo esta parábola SOBRE ellos. Jesús miraba a los Fariseos a los ojos y les estaba diciendo una parábola que implicaba que ellos se creían muy justos. No estaba hablando de ellos sino con ellos.
A pesar de que parece insignificante, lo mismo contiene una lección que es enorme para la salud de nuestra iglesia. Seamos así. No hablemos con los otros de los Defectos de la gente. Hablemos con ellos sobre sus defectos. Es fácil (y muy de buen gusto a la lengua de nuestras almas pecadoras) hablar de la gente. Pero es difícil (y a menudo de sabor amargo) hablar con ellos. Cuando usted habla sobre ellos, ellos no le pueden corregir o invertir el curso de la conversación y convertirlo a usted en el problema. Pero si usted habla con ellos sobre un problema, esto puede ser muy doloroso. Por lo que se siente más seguro hablar sobre la gente en lugar de hablar con ellas.
Pero Jesús no nos llama para tomar decisiones seguras. El nos llama para tomar decisiones de amor. A la corta, el amor es a menudo más doloroso que la evasión de conflicto auto protector. Pero a la larga, nuestras conciencias nos condenan por tomar la ruta fácil y no hacemos suficientes obras buenas a los demás. Por lo tanto seamos más como Jesús en este caso y no hablemos de la gente, pero hablemos con ellas, tanto con palabras de estimulo, debido a las evidencias de la gracia que vemos en sus vidas, así como con palabras de cautela o advertencia o hasta reproche. Pablo nos exhorta a utilizar una amplia gama de palabras para una amplia gama de necesidades: “También os rogamos, hermanos, que amonestéis a los ociosos, que alentéis a los de poco ánimo, que sostengáis a los débiles, que seáis pacientes para con todos” (1 Tesalonicenses 5:14).
No quiero con esto significar que usted no puede criticar al Presidente Bush sin antes llamarlo por teléfono. Como tampoco quiero decir que no puede discutir mi sermón, tanto en forma negativa como positiva, sin antes venir donde mi. Los personajes públicos se exponen a estas consecuencias y entienden que cada cual tendrá una opinión sobre lo que ellos dicen. Eso esta bien. Lo que quiero decir es que cuando usted se da cuenta de que un hermano o hermana está en las garras de cometer cualquier actitud o comportamiento pecaminoso, saca la viga de tu propio ojo, y entonces ve donde ellos y trata de ayudarles con humildes consejos bíblicos.
Quizás dígale una parábola. Eso es lo que Jesús hizo en Lucas 18:9-14. Y es lo que Natán hizo a David, luego de su pecado con Betsabé y contra Urías (2 Samuel 12:1-4). Pero usted no tiene que ser tan creativo. Dar cariño a la persona a la que usted se enfrenta es más importante que la creatividad.
Lo que deseo para nuestra iglesia es que estemos libres de chismes. Seamos francos y honestos y valientes y humildes. Jesús era en ocasiones increíblemente brusco. El amor a veces suena en esa forma. Él fácilmente pudo haber sido acusado de insensibilidad o desamor. Pero nosotros sabemos que Él fue la persona más amorosa que jamás haya existido. Así que sigámosle en este respecto. Él murió por nosotros para que todas las vigas y pajitas en nuestros ojos sean perdonadas. Esto debería darnos tanto valor así como cautela en nuestro trato con los demás. En especial cuando nos damos cuenta que las faltas de nuestros hermanos y hermanas también han sido perdonadas por Jesús.
Qué increíble es el lugar que tenemos para relacionarnos. Una comunidad de personas indulgentes, justificadas, moradas por el Espíritu que gustan crecer en la gracia. Gracias por querer confiar y seguir a Jesús al hablar con los otros en vez de hablar el uno del otro.
Feliz de estar de regreso
Pastor John