Gospel Implications/es
From Gospel Translations
Guiando a su gente a pensar y vivir conforme a la Verdad del Evangelio.
Una iglesia local es sana al grado que: (1) Sus pastores/maestros sean capaces de llevar al evangelio a las vidas reales de su gente de manera correcta, eficaz y amplia; y (2) Su gente tenga una comprensión personal y profunda del evangelio, y aprecio por el evangelio de manera tal, que puedan vivir diariamente en el bien del evangelio. Yo llamo a esto la centralidad funcional del evangelio.
Para lograr esta meta, es crucial poner en claro las conexiones entre el evangelio y sus implicaciones de doctrina y comportamiento. Podríamos llamar a estas conexiones “verdades del evangelio” y “comportamientos del evangelio” respectivamente.
Imaginen tres círculos concéntricos. En el centro está el evangelio, quizás mejor representado por las palabras en 1 Corintios 15:3: “Cristo murió por nuestros pecados.” Esta frase sencilla habla de la realidad de nuestro pecado, la necesidad de castigo divino y la provisión maravillosa de la salvación de la ira divina por Dios en Cristo. Pablo habla de las "buenas nuevas" como un asunto de "primera importancia" y sabemos bien la prioridad que le da a este mensaje en su predicación y escrituras. (Compárese 1 Corintios 2:1-4) De ahí su centralidad. Pero para que esto tenga centralidad funcional, tiene que estar conectado a áreas en que la gente vive sus vidas.
Esto nos lleva al segundo círculo, las verdades del evangelio. Éstas son implicaciones doctrinales del evangelio, precisas y concretas; o como dice Pablo: "doctrina según (o sea, que toma su forma de) el glorioso evangelio". (1 Timoteo 1:10-11) Estas verdades del evangelio llevan al evangelio a ejercer particularmente sobre la mente; son útiles en la renovación de la mente de manera que nuestros pensamientos sean formados más y más por la verdad del evangelio.
Como podemos esperar, el libro de Romanos está especialmente saturado con estas verdades del evangelio. Permítanme darles tres ejemplos:
(1) En Romanos 5:1, Pablo declara: “Por tanto, habiendo sido justificados por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo”. Observen la lógica de este versículo. Algo sigue a la verdad esencial del evangelio. Nuestra paz para con Dios no es el evangelio mismo, sino es una consecuencia poderosa del evangelio. Una "verdad del evangelio." Y entender esta verdad del evangelio es parte de conformar nuestros pensamientos al glorioso Evangelio.
(2) En Romanos 8:1 leemos: “Por consiguiente, ahora no hay condenación para los que están en Cristo Jesús”. Nuevamente, observen el argumento. Pablo no está presentando al evangelio mismo sino algo que es verdadero “ahora” como consecuencia del evangelio. ¡Pero las consecuencias son impresionantes! Cuando es completamente entendido por un creyente, revolucionará su vida mental y el evangelio funcionará poderosamente para él.
(3) Romanos 8:32 es un versículo favorito. “El que no eximió ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos concederá también con Él todas las cosas?” Observen las palabras "también" y "con él". Hablan de algo que crece del evangelio. Cuando la gente ve la conexión entre la verdad del evangelio mismo (“El que no eximió ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros”) y esta verdad del evangelio acerca de la provisión misericordiosa de Dios de todo lo que necesitamos para nuestra santificación (compárese con vs.28-29), el evangelio funcionará para el fortalecimiento de su confianza diaria en la provisión de Dios.
Pero el evangelio no sólo sirve para formar nuestros pensamientos, sino que también existen enormes consecuencias del evangelio para nuestra conducta. El evangelio no sólo es para renovar nuestras mentes, sino también para informar a nuestra conducta. Las Escrituras proporcionan muchos ejemplos de esta vida evangélica informada. En Gálatas 2:14, Pablo reprende a Pedro por conducta que "no andaban con rectitud en cuanto a la verdad del evangelio" y en Filipenses 1:27 urge a los creyentes a “comportaos de una manera digna del evangelio de Cristo”. En otras palabras, una de las maneras en que el evangelio tiene que funcionar es informando acerca de comportamientos específicos. Por lo tanto, deberíamos de leer nuestras Biblias con el fin de detectar estas conexiones. Así, por ejemplo, cuando Pablo suplica a los Corintios que "huyan de la inmoralidad sexual", él basa su súplica explícitamente en el evangelio: “¿O no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Pues por precio habéis sido comprados; por tanto, glorificad a Dios en vuestro cuerpo”. (1 Corintios 6:18-20) Cuando nos urge perdón, se refiere explícitamente al evangelio como motivación y como modelo. (Efesios 4:32) Cuando les dice a los esposos que amen a sus esposas, lo hace relacionando su exhortación directamente con el evangelio. (Efesios 5:25) Cuando llama a los Corintios a una generosidad continua, les recuerda explícitamente acerca de la generosidad de Dios en el evangelio. (2 Corintios 8:7, 9; 9:12-13,15) Podrían darse muchos ejemplos más. Finalmente, todo comportamiento cristiano debería de manar del evangelio. Mientras se trabaja con esfuerzo para evitar repetiones vanas, las conexiones deberían de ser hechas en todos los aspectos de la vida.
Uno de los retos y tareas más importantes de un pastor/maestro es demostrar claramente estas conexiones para que la gente pueda tener presente al evangelio en su pensamiento y conducta de una manera específica e inteligente. De esta manera, el evangelio se hace funcionalmente central en el individuo cristiano y en la iglesia local.